jueves, 7 de julio de 2011

CUANDO LOS NIÑOS SON PERSONAS Y NO TONTOS

Minutos antes de la representación, Ángel Calvente nos comentaba a un grupo de periodistas que él no podía negar ser lo que era: El espejo negro. Definía su trabajo como corrosivo, un humor negro que algunos piensan que es demasiado duro. Se acercó por primera vez al teatro para niños con su piojo Matías, por el que recibió el Premio Max de Teatro y ahora nos trae a su espermatozoide, quiero decir, un personjae llamado Jonás, que es un espermatozoide. Si algo caracteriza a Calvente, a su teatro, es que no le da miedo ser inteligente, porque sabe que el público no es tonto. No es de esos directores, creadores, que tienen que explicar con constantes semas escénicos su posición ante el mundo, ante todos. Calvente sabe lo que quiere contar y cómo lo quiere contar y en esta ocasión cuenta con tres actores, que al tiempo manipulan todos los personajes-muñecos, casi dibujos animados, inflándoles almas vivas, conviertiendo a espermatozoides, óvulos y próstatas en verdaderos seres humanos, más dignos, quizás, de admiración que muchos de los presentes. El fatástico viaje de Jonás el espermatozoide no es una clase de reproducción sexual, que también puede serla, es una clase para niños de 6 a 100 años sobre la superación. Un pequeño renacuajo dormilón que no quiere comenzar la maravillosa carrera hacia la fecundación del óvulo perdido. Entre risas y entrañables situaciones, los niños, de 6 a 100 años, vivirán junto a Jonás un viaje lleno de peligros, donde aprenderemos que solo los justos, los honestos, los que se acabn esforzando por conseguir sus objetivos, acabaremos calentitos, calentitos, dentro del gran Óvulo. Un público entregado, el de Palma, que recibió a los actores con una fuerte ovación: Paki Díaz, Rafa Castillo y David García. Un público que se entregó desde el minuto uno a un escenario lleno de luz, proyecciones, confetis gigantes, pólipos y gotas de orin, con una despliegue técnico secillo, pero al que se le saca el mayor partido posible y donde una sesión de aerobic de Jonás, para entrenarse, puede hacer mover a más de uno de la silla al ritmo de la música. Un música compuesta por Antonio Meliveo con homenajes irónicos a canciones que todos conocemos como Resistiré del Dúo Dinámico. Y es que al final, solo los buenos resiten. Que resita Calvente a estos tiempos de crisis. Tiempos difíciles para la escena "porque este país es muy puto, con P de puta", afirmaba el creador de Jonás. Que resistamos todos muchos años para seguir disfrutando de sus historias, sus marionetas, de su mundo.

sábado, 2 de abril de 2011

De honestidades y otras ratas.

El otro día hablandocon Begoña, mi maestra, le decía que una persona que me quería mucho me dijo una vez: "Ya no hay gente de izquierdas porque ningún zurdo ha tenido que luchar para no ser diestro." Una realidad como la copa de un pino, me contestó Begoña. No hablábamos de izquierdas o de derechas. No. Hablábamos de luchar. Hablabamos de comodidad. Ahora, todos, estamos en un momento cómodo. Aunque no estemos conforme con muchas de las cosas que nos rodean, no intentamos cambiarlas de alguna forma, pues es complicado, y cansado, levantarse del sofá. Ahora, y lo hablaba hoy con Massimo, no hay lucha porque no hay ganas de luchar, solo queremos salvar nuestro propio culo y no pensamos en el culo de los que vienen detrás. La realidad es que no queremos complicarnos la vida. Queremos vivir bien, comer bien, amar bien, pero sin esfuerzos, sin sacrificio. Eso es una falta de honestidad. Parece que lo que vivimos, amamos, comemos, nos llena. Pero en realidad nos gustaría vivir en otra parte, amar a otra persona y comer más y mejor. Como conseguir lo deseado puede significar perder lo que ya tenemos, y no sabemos bien si queremos perderlo, no deseamos, no vaya a ser que lo consigamos. Y no vaya a ser que lo consigamos perdiendo por el camino a más de un amigo, a más de un hermano. Si es que los conceptos amistad y hermandad siguen existiendo y no son simple lazos de conveniencia para disfrutar de nuestra vida, amante y comida, sin sobresaltos. Es decir, nos somos honestos ni con nosotros mismos.
Ahora no luchamos, no deseamos y, sobre todo, no nos sacrificamos. La vida es un sacrificio constante si queremos conseguir algo en este mundo. Pero como podemos conseguir cosas con el mínimo esfuerzo, preferimos esas que las otras y evitar sudores y lágrimas. Pero lo peor no es que nosotros lo hagamos, sino que estamos haciendo que nazcan otros en un mundo en el que eso es lo normal y no conoceran ciertos valores denostados y eliminados de la vida diaria. Honestidad y sacrificio parecen palabras sacadas de un catecismo judeocristiano, pero si le eliminamos toda compañía de cualquier dogma de fe, son las únicas palabras que nos hacen ser dignos. Si yo sacrifico ciertas pequeñas cosas por la persona a la que amo, es posible que sea digno de ser amado. Si yo soy honesto conmigo mismo y elijo mis amistades de forma altruista y no por interés, seré digno de tener una reunión de amigos comiendo en mi mesa. Si yo sacrifico algo de mi realidad por mis sueños, seré digno de que se cumplan algunos. Si no me arrastro, penduleo, lamo culos, bajo bragas y como mierda a cambio de nada, seré digno de ser personas. Y es posible que enonces, solo entonces, lo que coma me sepa a gloria, vivir se convierta en una aventura diaria y no una pesadilla y amar y ser amado será uno de los pocos placeres de la vida. Honestidad, sacrificio y dignidad. Valores olvidados que si los retomamos algún día, es posible que dejemos de ser esas ratas de alcantarillas que algunos estámos llegando a ser. A lo mejor los que vienen atrás, se da cuentan que juntos podrán luchar contra las ratas. A lo mejor el día de mañana la rata mayor del reino sea derrocada y solo entonces, aún muertos, algunos estemos orgullosos de haber intentado seguir luchando contra imposibles. Es decir, seguir soñando.

viernes, 31 de diciembre de 2010

CINCO MINUTOS ANTES DE LA CUENTA ATRÁS

Siempre intento escaparme de este momento, pero siempre llega esta hora absurda del 31, demasiado tarde para comprar, demasiado pronto para arreglarte, sin invitados en casa y sin nada qué hacer... y sí, empieza el balance, de lo bueno y malo, como dice la canción. Este año quería escapar de este momento, no quiero hacer punto y seguido esta noche, me gustaría que esta noche fuera una simple coma, un punto y coma, a lo mejor. Pero es inevitable, es inevitable pensar en esa calle de San Luis donde empecé este 2010, inundando de papelillos las aceras con Julio, con Andrés y buscando en sitios egoistas a Cristina Moreno, a Isi, al resto. Un 2010 que viene muy pornográfico y desnudé a un reparto maravilloso que me ha dado muchas alegrías. Un año en el que buscaba incesantemente a Martín Recuerda. Un año que buscaba la sombrita en Palma para no asarme. Un año lleno de proyectos que se cumplen y otros no tanto, un año que termina construyendo una calle de atrás y un año que crecerá en una habitación de hotel y cruzando el arco-iris. 2011 huele a médicos y quirófanos, 2011 huele a AVE, 2011 huele a reciclarse, 2011 huele a una enfermer y un contador de historias, 2011 huele a se acaba el paro, 2011 huele a mar, como siempre, y huele a verso, me parece que olerá a verso. 2010 fue el año de la Cunillé con el Nacional de Teatro junto a La Zaranda. El año que descubrí a La Sal y que se fue Delibes y se fue Manuel Alexandre y se fue Berlanga y se fue Saramago... El año que vino con Teo y el 2011 traerá a Valeria. 2010 volví a volverme loco bailando Viva España! rodeado de travestis y modernas, que lloré con el beso de Iker a la copa y su posterior beso a la guapa de la tele, sigue oliendo a Raquel y Lorena, aunque sea en la distancia. Un abril que me iba a San Miguel para ver una lluvia de pétalos sobre la Macarena y eso que soy de Triana, de la calle Tarfia ;-). Un año que me casaba con Sofía. 2010 olía a madrugada de cartas junto a la brisa de chiclana, olía a nuevos amigos, Ara, Elena R., Vane, Javi, la Delso, el copla... que espero que permanezcan en el 2011. 2010 es un año que acaba tomándome un nespresso alguna que otra mañana. Y 2011 será un año que voy a empezar saliendo a dar un paseo con una maleta para no parar de viajar, como hacía la Durcal cuando estaba en la cresta de la ola mexicana. Es raro, casi todos los 31 había un momento del día en el que me ponía a llorar y eso que mis años empiezan en septiembre. Este 31, sin embargo, no puedo evitar tener una sonrisa de oreja a oreja. Goku sigue creciendo y la magia no parará de brillar. Bienvenido sea 2011. Y virgencita, gracias por no dejarme como estaba, así te puedo volver a pedir: que me quede como estoy.

viernes, 8 de octubre de 2010

EL PUERTO, ESCAPARATE DEL SUR.

El dos de noviembre arranca la IV Muestra de Teatro Andaluz coordinada por el Insituto Andaluz de las Artes y las letras.

Dieciocho compañías andaluzas presentaran sus espectáculos en cuatro días en los que se darán cita más de 500 profesionales. La Muestra de Teatro Andaluz del Puerto se consolidad de esta forma como el escaparate de las producciones andaluzas, donde programadores, distribuidores, actores, creadores, coreógrafos... tienen un encuentro en el que intercambiar ideas, proyectos y programaciones.

El estreno de los sevillanos La Fundición con el nuevo montaje Queipo. El sueño de un general, protagonizado por Antonio Dechent, serán los encargados de abrir una muestra que ofrece un abanico de propuesta, desde teatro infantil a circo, pasando por nuevos dramaturgos y espectáculos de compañías emergentes. Los granadinos de La vie e bel también traerán su última producción, La Barraca del Zurdo, y La Banda de la María nos hará disfrutar con Ciudad Cero.

Entre la programación destaca Choni Cía Flamenca con La Gloria de mi mare, uno cabaret flamenco que ha sido de lo más aplaudido por el público en la última Bienal de Flamenco de Sevilla. Juanjo Macías, maestro de cabareteros andaluces, y la carismática Asunción Pérez “Choni”, acompañados de Alicia Acuña al cante y Raúl Cantizano a la guitarra, han estado dirigidos por Estrella Távora y han contando con la colaboración de Manuel Cañadas en las coreografías. La Gloria de mi mare cuenta la historia de Gloria, la madre de una bailaroa que empieza a despuntar. Gloria podrá vivir su sueño en la piel de su hija, lo que nos llevará a presenciar más de un disparatado enredor. Humor, pasión, emoción y flamenco, mucho flamenco, cerrará la programación en el Teatro Muñoz Seca.

Ana Ropa y su Frágil como una piedra entra, junto a Tenemos Gato, como una de las compañías emergentes de Andalucía. Un espectáculo estrenado en 2010 y que ya ha pisado Sevilla, Madrid, Santa Cruz de Tenerife y Cádiz. Frágil como una piedra es el monólogo de una carnicera que cree que la soledad puede fortalecerla. Un mensaje existencialista escondido tras el humor y el buen hacer de Ana Ropa.

Tampoco podemos olvidar al público infantil, muy presente en las mañanas de la Muestra del Puerto. Escenoteca nos trae a su Cebra Camila que busca las rayas de sus lomos que un día el viento se llevó, una nueva oportunidad de ver a Belén Larios y Pepa Muriel. También pasarán por la muestra: Desguace Teatro, Síndrome Darío o Millones de Trillones. Cuatro días de teatro andaluz del bueno.

pd: Noticia redactada para Redescena.net

miércoles, 8 de septiembre de 2010

EN UNA ESTACIÓN DE AUTOBUSES.

Es increíble lo lento que pasa el tiempo en una estación de autobuses. No tenía dinero para volver en avión o tren y no quedaban billetes libres hasta las 13 horas, una menos en Canarias, una más en Saint Germain. Me senté a ver la vida pasar. Una revista vanidosa en mis manos y un teléfono que se había convertido esos días en una prolongación de mi cuerpo. Llegó ella, con una maleta enorme, como si llevara toda su vida en ella. Se sentó frente a mí. "Estoy bien, Jose. Claro que estoy bien... y tú seguro que estarás mejor". Era mentira, era evidente que era mentira. Aunque la voz era la de una mujer segura, su aspecto era frágil como el de una mujer de cristal. Levanté un poco más la mirada y pude confirmar que el charco de agua que había en el suelo no era producto de su incontinencia renal. Doscientas cinco mil lágrimas habían salido de sus ojos y se precipitaban contra el suelo a la velocidad de la luz. Parecía que se iba a desintegrar de tanto llorar. Había colgado su teléfono. El cerco que las lágrimas dejaban en su cara encendía aún más el color herido de su piel. Sin duda alguna, la herida estaba abierta, bien abierta. Me miró. Abrió un sandwich y me dijo: "Quieres". A lo que contesté:"Ahora mismo no puedo tragar bocado". "Yo tampoco", cogió su maleta y se fue. El charco de lágrimas seguía frente a mí, amenzante. A lo lejos, ella bebía agua de una botella de litro y medio como si tuviera toda la sed del mundo y ni todos loa mares, los lagos, los ríos, los océanos pudieran saciársela. Se había vaciado demasiado con tanta lágrima. Y yo me quejaba porque no estaba lo suficientemente lleno, aún así no quise probar bocado, no quería alimentarme más. Quería dejar hueco para mi llegada a la ciudad, pero aún así me quedaban cientos de minutos hasta que pudiera coger el autobús que me separaba seis horas de mi destino. Había que seguir esperando.

Me angustia esperar. No me gustan las estaciones de trenes, de autobuses, los aeropuertos, las colas del médico, las del DNI, las del pasaporte, las esperas en general, odio esperar, me angustia, porque tengo la sensación de que toda mi vida ha sido un esperar constante. Sí, llevo toda mi vida esperando. Aunque decidas tomar las riendas y coger ese coche, ese tren o simplemente decidas ir andando, cruzas todas las avenidas que tienes que cruzar, todas las autopistas que tienes que andar y te encuentras otra vez en otras avenidas, que vuelves a recorrer desde el número uno en la acera de los impares hasta el número doscientos en la acera de los pares. Cuando parece que vas a llegar, que te queda poco para llegar a donde llevas queriendo llegar desde hace años, te encuentras un semáforo, un maldito semáforo rojo, un puto semáforo en rojo que te hace esperar otra vez, cinco minutos más y parece que tu destino no llega nunca. Odio las esperas, me angustian las esperas. Aún así, soy feliz, hoy puedo decir que soy un tío feliz. Es lo que tiene ser un ser humano cualquiera, que puedes pasar de la soledad al tumulto, de la risa al llanto, en cerocomados, y, aún así, puedes decir: Hoy soy un tío feliz.

El tren con salida Vigo va a efectuar su salida en el anden cincuenta. Y ella salió corriendo como si no hubiera mañana. Antes miró. Sonrió. Me dijo adiós con la mano. Yo no recuedo si le devolí la despedida o no. Ella necesitaba que alguien se despidiera de ella en esa maldita ciudad. Yo necesitaba que alguien me recogiera a mi llegada en otra maldita ciudad. Ella dormirá sola esta noche. Yo espero no hacerlo. Y una vez despierte, volveré a tomar el camino, hasta que otro semáforo se me ponga por delante. Lo que los semáforos no saben es que llevo días entrenando para eliminarlos con el solo soplido de mis pulmones. Un superhéroe se está gestando dentro de mí.