lunes, 5 de abril de 2010

SÓLO DURÓ UNA SEMANA.

Hace unos días, el Sr Asenjo, prelado de la Diócesis de Sevilla y nacido en Sigüenza, declaraba en un periódico local que le pedía a las cofradías de Sevilla que no buscaran el “brillo social”. ¡Claro! Será por eso que ha visto con buenos ojos que hermandades como La Misión de Heliópolis repartan estampitas con el lema “Derecho a vivir”, claro eufemismo para querer decir “No al aborto”, y es gracioso que venga de un Hermano Mayor, el de la hermandad del Claret, que es ginecólogo. Yo no voy a entrar en un debate abierto sobre el derecho o no a la vida, sobre el derecho o a no abortar, pero me parece de vergüenza utilizar a los niños para defender intenciones políticas, como hacen esas marchas rojas que han inundado a veces los centros de nuestras ciudades, utilizando a niños que no saben qué es abortar, pero evidentemente quieren tener derecho a vivir, y de vergüenza me parece que utilicen las filas de los nazarenos azules de Heliópolis con intenciones claramente políticas, porque, señores míos, la Iglesia ha dejado hace muchos siglos de ser ‘madre’ para ser Conferencia, para ser Empresa. Pues eso es buscar brillo social, brillo político, señor Asenjo y se olvida usted, será porque no es de Sevilla y poco, parece, le interesa nuestras costumbres, que la Semana Santa en esta ciudad está por encima de lo meramente eclesiástico y se convierte en una Festividad a medio camino entre católica y pagana, porque paganos eran los alejandrinos que tiraban pétalos a Isis como lo hacen ahora a las Reinas de Sevilla. Algo que supo entender a las maravillas Monseñor Amigo era que en la Semana Grande de Sevilla no manda la Iglesia, manda el Sevillano, apunte esto señor Asenjo o si no, no saldrá bien apoyado por toda una ciudad.

Y hace días también que escucho esa retahíla de que ‘jartura’ de Semana Santa, que si la ciudad se paraliza, que si no se puede pasar por ninguna parte, que si que asco de cofradías. Pues Bilbao entera se paraliza en su Semana Grande en verano y nadie dice nada, en Pamplona no se puede pasar por ninguna parte en San Fermín y allí todos tan contentos. Pero aquí no, aquí tenemos que recordar que no a todos nos gusta la fiesta que dicen que es cristiana, que no todos creemos, que no todos entendemos esta forma de hacer una fiesta. Pues vete a la playa y aquí Paz y después Gloria. Sevilla se expresa así y al menos se expresa, lo lleva haciendo desde siglos, no voy a entrar en tópicos del rango “es un museo andante por la ciudad”, “Sevilla se convierte en Jerusalén en una semana”, “es el mayor espectáculo audiovisual en vivo”… no voy a utilizar argumentos tan mediocres. Sólo te voy a decir que te acerques una tarde-noche de Miércoles Santo y te vayas a la calle Fabiola, callaito, a palillo, escuchando la trabajadera, oliendo, sintiendo el frío de las paredes y cómo corta la atmósfera el pasar trabajoso de San Bernardo. No te estoy pidiendo que creas, como no cree el maniguetero de la O, ese que tiene el carné del partido comunista y que nunca ha ido a misa, ese que se agarra a la manigueta cada año porque lo hizo su padre, porque lo hizo su abuelo, porque lo hizo el padre de su abuelo…

La Semana Santa en Sevilla no entiende de creencias, ni de colores, está por encima de eso, solo sabe que necesita salir a la calle y estar en silencio ante Pasión y gritar Ole a la Sentencia y llorar a lágrima viva con la Esperanza por San Jacinto. Yo sé que no lo entiendes, yo sé que te parece reaccionario, arcaico, sé que hay que evolucionar, innovar, pero para innovar hay que saber uno de dónde viene y yo, amigo, vengo de aquí, de dormirme a los sones de “Costalero”, cuando era shico, sí, aunque te parezca mentira, vengo de coger una cajita de zapatos y moverla a sones de Madrugá, vengo de oler a incienso cada vez que me ponía el capirote azul y entraba en un río azul y plata para recorrer Sevilla desde la Puerta de Córdoba, el mismo que he visto este año desde mi balcón, rodeao de los míos. Yo soy de aquí, de Font de Anta, de Abel Moreno, de Joaquín Turina, de Videret. Soy de Lastrucci, la Roldana, de Juan de Mesa, soy Cachorrista, como lo es mi primo, como lo fue mi abuelo. Yo soy de una casa que se levantaba el Viernes Santo de Madrugada para encontrarse con la Esperanza por Triana, soy de mi madre que llora al paso de la Señorita de Triana (Patrocinio), soy de esos que explican a un sobrino quién es Caifás, quién es ese hombre que besa a un tal Cristo. Soy de cervecitas ente salida y entrada y en medio una torrija. Soy de hoy prefiero quedarme en casa. Soy de las mujeres de barrio de Tiro de Línea que gritan guapo a un cristo en medio del silencio, soy de esas mujeres que dicen “ya tiene carita de cansá” cuando lleva la Virgen diez horas en la calle. Soy de Cayetano González, soy de los que saben qué es un ‘sine labe’, soy de los que aplauden a San Benito en carrera oficial cuando el capataz pide ‘más paso’, soy de los que admiran las manos de las mujeres que bordaron el palio de los Ángeles de los Negritos, soy de los que corrió cagado de miedo en la Semana Santa del 2000, soy de los que estaba en el noventa y cinco en plaza virgen de los Reyes, cuando se miraron las dos Reinas de la Madrugá, soy de los que se escapaba con mi padre para ver entrar al baratillo, de los que se escabullen solos buscando el magistral misterio de Santa Marta, del que tenía un vecino que le pedía a los Reyes Magos una caja de banda de cornetas… Después busqué otros lenguajes, después leí otros pasajes, después me emocioné con otros espectáculos, pero aún hoy me quedo sin palabras y se me hace un nudito en la garganta al encontrarme cara a cara, solo, en una callejuela de la Alameda, con el Silencio Blanco de la Amargura, porque ese, en la multitud, una pequeña hormiga en la multitud, soy yo, fui mi abuelo, fui mi madre, fui Sevilla.

Yo sé que no lo entiendes y no intentes hacerlo. Ya recogió la Aurora, ya se acabó, sólo duró una Semana, ahora no me pidas que te lo explique, sólo ven conmigo el año que viene y siéntelo callaito y ya me dirás qué tienes.

3 comentarios:

  1. Uy, qué de pasiones levanta esa semana que dura tan poco... Yo soy de las que echan pestes de los nazarenos en Trajano que no me dejan llegar a mi casa, sí. También te digo que me encantó ver a la Esperanza de Triana el año pasado, en el Altozano, que aluciné. Y que la Semana Santa es un fenómeno social (que no religioso, tienes razón) interesantísimo. Y que como propaganda (que también lo es) es una joya histórica. Te digo que tiene su encanto, y que seguramente no soy semanasantera porque nunca he vivido la Semana Santa. Igual que entiendo, pese a todo, que la gente llore porque llueva un jueves, entiendo que se viertan críticas a porrillo. El peligro es entender sólo alguna de las dos partes, ¿no te parece?
    Y niño, que qué buen blog.

    Clara, de sevillaactualidad

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  2. Es evidente, Clara, mirar las cosas con un solo cristal nunca es bueno. Si te digo la verdad, me cagué en la madre que parió a la Semana Santa porque no he podido hacer mi mudanza todavía, pero eso es un secreto. ;-)

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  3. Precioso Cano. A veces las palabras no sirven, no explican, son palabras.

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