jueves, 14 de enero de 2010

DE RAICES Y BODAS

Ayer se estrenaba en Andalucía la última coproducción del CAT, esta vez con el CDN. Bodas de Sangre de Lorca volvía a pisar escenarios Sevillanos, esta vez dirigida por el maestro Jose Carlos Plaza y con un elenco de actores generosos y entregados a la propuestas del director, discípulo de William Layton.
Plaza nos presenta un montaje sin florituras, áspero, seco, caluroso, huyendo del costumbrismo barato, y lo folclórico, que tantas veces adornan las propuestas de los que no conocen lo adaluz y que no entienden que lo local se hace universal en las palabras de Lorca. Una Bodas de Sangre trágica que entiende a la perfección la veterana actriz Consuelo Trujillo, entre lo contemporáneo y el teatro ritual, entre lo grecolatino y la verdad en la palabra. Una actriz de una fuerza tremenda, que no anticipa, que está, en cada momento y que está en teatro, en código, en arte. Un elenco, al completo, entregado a una propuesta digna que cae de ritmo en algunos momentos y que decepciona al aparecer la Luna.

Bodas de Sangre es una obra complicada en papel, está entre dos aguas, los dramas lorquianos y el teatro poético del autor granadino. Pero todos los que conocemos la función esperamos siempre el momento en el que aparece la Luna, la Luna destino, la Luna diosa, la Luna misteriosa, oscuridad y luz de los bosques donde huyen los amantes. Una luna que quiere "entrar en un pecho para poder" calentarse, dice, y ese es el problema, que la Luna no quiere calentarse, porque la luna no está, la luna es voz enlatada que se hace pesada y no se entiende, se crea una rotura brutal en el pacto ficcional que hace el espectador. Si ya me he creído a los leñadores, siempre presentes, y a la Mendiga ¿por qué no me traes a ese leñador joven de cara blanca que es la Luna según lorca? La propuesta de Plaza se queda coja, vacía, fría, sin contenido. Virtuosismo escenográfico y voluntad de sorprender a un público, en este caso andaluz, que conoce muy bien el texto de Lorca como para que le vengan con historias.A partir de ese momento el montaje se acelera y los leñadores pierden el poder textual que tiene la obra lorquiana y que Plaza había creado con su presencia desde el arranque de la función.

Aún así el montaje emociona en la boda, interesa en la mendiga, se disfruta con el coro y la interpretación de los actores, donde destacan, además de Consuelo Trujillo, Maica Barroso siempre fresca y viva, Olga Rodríguez que sabe muy bien dónde tiene que estar y un guapo y sexual Israel Frías, del que ya pudimos disfrutar en Splendid's de Genet, de excesivo sufrimiento en el arranque del montaje, pero que luego sabe cómo moverse en esa escena limpia que propone la dirección.

Con Bodas de Sangre se cierra las producciones del Centro Andaluz de Teatro en el 2009. Veremos qué es lo que nos trae el año de la crisis.

1 comentario:

  1. Acabo de verla, me ha encantado Maica Barroso, la voz y el estar de Sonia Gómez. Me ha emocionado la mujer de Leonardo. Su madre también. A pesar de lo que te dije he aceptado de sobra a Leonardo. La mendiga era teatro puro. La luna, la propuesta de luna, efectivamente se ha cargado la obra. Una pena. Los leñadores... no he entendido nada... Pero en general me esperaba algo peor y he salido bastante contenta.

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