sábado, 12 de diciembre de 2009
SOBRE UN ARCO-IRIS Y UN DESIERTO. (Posible introducción a la edición de Over The Rainbow)
Los que ya han leído la obra me dicen que es esquizofrénica, muy visceral e irracional. Sin embargo, tengo la sensación de que es las obra más pensadas y trabajada de las que he escrito. Tenía claro que las voces de estas mujeres no iba a ser dirigidas por mí y que por tanto debía de escribirla desde el escenario, para que quien fuera a dirigirla le fuera fácil visualizarla y así tomar las decisiones que creyera oportunas. Es una obra que ya está montada en el papel, en la página, y al tiempo creo que ofrece una gran libertad al creador escénico que quiera ejecutarla.
Over the Rainbow. (Monólogo interior) es una historia de amor, como bien dice su final; porque amor es una fuerza intensa que nos une a otros para completarnos, para ser suficientes. Esa fuerza puede ser hacia la vida o puede ser hacia la muerte, es igualmente violenta, porque lo violento es lo que se sale de su estado natural. Las mujeres de esta historia, de este cuento, se salen de su estado natural y una fuerza intensa une sus cuerpos, sus mentes, sus vidas, al tiempo que crea abismos. Una historia de mujeres crueles, inhóspitas, secas, marcadas por su pasado, ansiosas de una infancia que ya no está, una infancia donde existía Oz y Mary Poppins, donde existía Grace Kelly y Pepito Grillo. Una historia con pasado, con recuerdos, con mucho vivido. Eso es lo que nos diferencia de otros animales, que somos porque vivimos el pasado, vivimos el recuerdo, vivimos lo vivido, y todo eso nos marca, nos afecta, nos emociona, nos hace irracionales, felices o violentos. El pasado, el recuerdo, nos hace vivir el presente y decidir el futuro. Nos hace buenos, pero también nos hace malos. Nos hace insensibles, crueles, mudos, ciegos, sordos, inválidos mentales, torpes, egoístas. Y últimamente parece que sólo nos hace ser así.
No quiero que piensen que es una historia con una visión muy negativa del ser humano. Todo lo contrario. Over the rainbow nos invita a ponernos unas zapatillas de ballet para bailar, nos invita a contar la historia a nuestra manera, a inventar nuestra historia, a no dejarnos mutilar por nuestra propia realidad que nos supera. El problema de estas mujeres es que querían volar y dejar sus vidas en la tierra y no sabían que podían hacerlo. Nosotros estamos a tiempo de volar y el teatro debe, puede, ayudarnos a ello. Mi próxima historia será de hombres y mujeres que saben que pueden volar, mientras tanto, esta obra es un grito en el desierto, porque es necesario, porque el dramaturgo, el poeta, tiene que gritar, porque el grito es poesía y para que se escuche necesitamos que “la poesía se levante del libro”, que diría el poeta. Os invito a ello.
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maravilla. quiero leer! te quiero. adoro la fuerza de tus palabras, de tu vida. me harás un montón de falta cuando esté lejos...
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