lunes, 18 de mayo de 2009

VUELTA A LA CIUDAD

Pasaban 7 minutos de espera cuando llegó el tren de la línea diez. Llevaban 7 minutos sentados el uno junto al otro. Los dos llevaban maleta. Bajo el brazo de uno de ellos "Últimas tardes con Teresa", bajo el brazo del otro chico "La línea de la Belleza". Miraban al frente, al anden. Llegó el tren. Se subieron. Se sentaron uno frente al otro. Pasaron dos, tres, cuatro paradas... No creas que se miraron mucho. Próxima estación Santiago Bernabeu. Uno se levantó. El otro se levantó también. Se miraron. Esta vez sí. "Yo me bajo en esta". El otro le dijo que si quería dormir con él. "¿Sólo dormir?" Respondío el uno. "Sí", dijo el otro. "Entonces vale". Fue la única forma que encontraron de no dormir solos esa noche al regreso a la Ciudad. Durmieron toda la noche enredados. Y no sabían sus nombres. Y no se volvieron a ver nunca más. Fin

1 comentario:

  1. me gusta esta ficción/realidad... es tan real como cuando los zapatos no combinan con la ropa pero son cómodos. y los nombres son falsos con tanta facilidad que muchas veces es mejor recordarlo como el chico de la linea diez, por ejemplo...
    seguiré visitandote, claro.

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