Me levanto hoy, con la mala noticia de El Pais. El MÚSICO, y lo pongo con mayúsculas, Antonio Vega fallecía a los 51 años de edad en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid. Su “Chica de Ayer”, su “Sitio de mi recreo”, empezaban entonces a sonar un poco más fuerte. Porque es lo que pasa, que cada vez que un artista muere, su obra se ve un poquito más, se valora un poquito más, se quiere un poquito más. Aunque en este caso, Antonio Vega y Nacha Pop ya eran considerados unos maestros del Pop Español.
Yo recuerdo que cuando tenía una actividad intelectual, y dramática, frenética y estrenaba obra por año, Antonio Vega me acompañaba muchas noches mientras daba fin a algunos textos, mientras re-escribía los cuadernos de dirección de los montajes. Incluso “Se dejaba llevar” era el leit motiv de uno de mis únicos personajes homosexuales. Y era una de las escenas de las que más orgulloso me encuentro, con Carlos, Jesús y Cristina. Hablamos de hace 9 o 10 años. Cuando parece que lo hacía mejor que ahora
Miro para atrás, Antonio, y veo cómo he dejado a un lado las hojas, las teclas, el encerrarme por las noches en mi cuarto y escuchar para después seguir creando. Mientras otros, como tú, seguías poniendo voz a las historias de muchos de los que caminábamos por la calle, ya doliera el pulmón, el cuerpo o el alma.
Alcohol de quemar,
Pon tus manos a volar…
Azul,
Vuelve a reflejar
Me asfixia como van muriendo los maestros. Augusto Boal también lo hizo hace unos días o semanas. Y yo me entretengo en la ciudad buscando una dirección y olvidando que el camino solo se hace al caminar, como decía también otro Antonio, esta vez también de Sevilla.
Y en estos días azules y con este sol de la infancia, como diría el poeta, me da miedo quedar muerto, porque no muere el que acaba en un Hospital. Porque Vega no ha muerto, porque sus canciones están ahí, sus notas están ahí, sus letras están ahí… Y a muchos nos hicieron pensar y a otros nos acompañaron mientras abrazábamos los primeros cuerpos, las primeras pieles.
Los Antonios, Vega y Machado, están en mis textos de antes, están en mis montajes de antes. Ahora solo tengo que buscar y rebuscar dentro y seguir escribiendo, y seguir caminando. Como hasta el último momento hicieron los dos. Y llevar versos en mis bolsillos… Y canciones en mi pecho… Y seguir haciendo camino, en el sitio de mi recreo.
Atonio Vega que estará en los cielos o en los infiernos, donde estén los canallas, donde estén los artistas, dónde estén los maestros… espero que siga componiendo. Y que ayude para que siga la lucha de gigantes, donde no sienta mi fragilidad, para que no haya bestias corriendo detrás, para que alguien oiga mi voz…
nota: la foto de Antonio Vega perteneces a las páginas de ElPaís.
Tú me diste la noticia. Ha sido una muerte larga. Antonio Vega parecía ya un fantasma de sí mismo, pero no ha parado hasta ahora. Eso es admirable. Yo también he escuchado bastante su música, sobre todo en la época de la que hablas. Me emociono cuando recuerdo esa escena, éramos casi más maduros que ahora. Nos comíamos el mundo... volveremos a hacerlo, eterno...
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