martes, 7 de abril de 2009

LA FUNCIÓN CIUDADANA DEL TEATRO.

Hace unos días pensé: A veces pienso… Hoy lo he hecho. Y en ese pensar me da por creer que los actuales creadores hemos olvidado por qué existe el Teatro. ¿Qué hizo que el Hombre decidiera ponerse delante de otros hombres y mujeres para disponerse a comunicar, a expresarse, a reflexionar en voz alta? El Teatro tiene un origen social, como todas las artes, ya sean comunicativas o expresivas. Pero, a veces, algunos rechazamos ese término: “lo social” y a veces otros lo ensalzamos a la enésima potencia: “lo Social”. Y es que lo confundimos con la Denuncia Social. No voy a entrar aquí en un debate abierto sobre si es necesario o imprescindible un Teatro de Denuncia, mal denominado a veces como un Teatro Social. ¿Es que a caso “Talem” no es una obra social? ¿Es que a caso una revisión de “La Gaviota” no es una propuesta social? ¿Acaso lo último de Narros o Vera, no es social? Lo es tanto en cuanto se convierte en la expresión de una sociedad en concreto o en abierto. El Teatro nace de la necesidad de manifestar la realidad de un Pueblo para verse reconocido y para reconocerse; y a medida que avanza en la historia sigue siendo la expresión de una época y el manifiesto de una realidad. Pero ahora, manipulados por la Industria Culturar, los taquillazos, la rentabilidad, el comercio y lo comercial, las modas… se nos olvida por qué existe el Teatro y por qué necesitamos hacerlo. Como bien ha dicho el maestro Augusto Boal en el Manifiesto de este año: “Tenemos la obligación de inventar otro mundo, porque otro mundo es posible. Pero nos incumbe a nosotros el construirlo con nuestras manos, entrando en escena, en el escenario y en la vida.” El Teatro debe entrar en la vida de la ciudad y ser un termómetro de ésta. Ahora ésta pide denuncia, ahora ésta pide evadirse, ahora ésta pide belleza… Y nosotros- actores, directores, coreógrafos, maquinistas, iluminadores, programadores…- debemos ser ciudadanos y tener el compromiso de ser la Voz de la Ciudad. “El ciudadano no es aquel que vive en sociedad. ¡Es aquel que la transforma” dice Boal. Y para transformar hay que depurar o erosionar, levantar o destruir, dejar vivir o dejar morir… Y seremos nosotros, como ciudadanos, los que utilicemos nuestro Tiempo Público, nuestro Tiempo de Ocio y nuestro Tiempo Laboral al servicio del arte y la creación escénica y reconvertir al Teatro en lo que ha sido siempre: la Voz del Hombre en Sociedad. Esto es solo que hoy me ha dado por pensar. Gracias Augusto.

1 comentario:

  1. Está bien esa diferenciación que señalas entre teatro social y denuncia social. Todas las artes son o deberían ser sociales en cuanto que todos somos ciudadanos y seres sociales... Algunas artes están más pervertidas que otras... espero descubrir contigo las que no se contaminan tanto por ahora. Larga vida a esta Caja Negra!!

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