lunes, 30 de marzo de 2009

TEATRO LEÍDO ANTES QUE TEATRO MUSEO.

Hace unos días, tuve la suerte de participar en la Lectura Dramatizada del IX Premio Martín Recuerda: “La Reforma Incompleta” de Alex Hernández. Es una experiencia bastante curiosa, porque si ya de por sí el Hecho Teatral es una realidad efímera e incompleta, a la hora de realizar una Lectura Dramatizada estas características se multiplican por dos o por cien. En el discurso que introdujo a la lectura, que realizó Francisco Ortuño (Director del CAT), se subrayó la necesidad que tiene el Teatro de convertir la palabra en carne. Como decía Lorca, y como bien recordó Ortuño, “El Teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana y al hacerse, habla y grita y se desespera”. Pero una lectura no es más que un medio camino, no llega a hacerse humana. El Teatro es oral por excelencia, fue oral antes que escrito y rito antes que palabra, y hay que reivindicar la necesidad de hacer Vida los nuevos textos. Es cierto que antes no había apoyo a los jóvenes autores, es cierto que ahora hay premios, cierto es que al menos se hacen lecturas dramatizadas de los textos premiados, pero hay que pedir más, hay que exigir más. Las instituciones no se deben conformar, nosotros no nos debemos conformar. Debemos completar el ciclo y el ciclo de una obra de Teatro empieza por pasar de la mano del autor al negro sobre blanco y del negro sobre blanco a la cabeza de un director y de esta al corazón de unos actores y de ahí al alma del público. Porque sin Público no hay Teatro y sin actores no hay Teatro y sin directores no hay Teatro y sin escritores no habrá Teatro. Y el Teatro dejará de Ser para convertirse en Parecer, es decir: un Museo de Clásicos, revisados o no, pero museo. Y el Teatro es momento, es vida, es efímero, es ahora, es carne-sudor-y-lágrimas, es “ser o no ser” y es “qué será, será”. Parece que tenemos la obligación de dar las gracias a las Instituciones por crear Premios, por producir Lecturas Dramatizadas, y no. Las gracias las damos porque queremos, porque creemos que la labor que hacen es un grano de arena para una futura montaña, una gota de agua para la sed, pero estamos sedientos de Teatro y el vaso hay que llenarlo hasta el borde. Y a lo mejor para paliar la sed hace falta más de dos vasos. El camino que hemos hecho hasta ahora y que están haciendo hasta ahora, ya sea de todo corazón o por una necesidad política, está bien, está muy bien, pero esperemos que se siga avanzando. Larga vida al Premio Martín Recuerda.

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